campeonesPasarán los días, pasarán las semanas, los meses e incluso los años y nadie olvidará jamás a Andrés Iniesta Luján. Se podría enfocar este histórico triunfo del Barça ante el Sevilla por cinco a cero de muchas formas, por el talento inigualable de Messi, por el hambre de Luis Suárez o el orden de Ernesto Valverde. Pero no toca. La de anoche fue la final de Andrés Iniesta, que salió ovacionado y vitoreado por el Metropolitano en directo pero por todo el mundo del fútbol en sus casas. A su manera, todo aquel que siente este deporte, encogió el corazón y aplaudió al de Fuentealbilla. Se va una leyenda.

Iniesta fue el mejor jugador de la final. Y lo fue del primer minuto al último. Su impacto en el partido fue demoledor. En quince minutos agarró la pelota, se hizo con el timón y ya nunca lo soltó. Se homenajeó a sí mismo en cada lance del choque, recordó al planeta entero todo el fútbol que lleva ofreciendo, aceleró y frenó, regateó, pasó y se dio el gustazo de marcar un gol de bandera, a pase de su omnipresente socio en la última década, Lionel Messi.

Andrés Iniesta, una leyenda del barcelonismo y de todo el fútbol español

Se marchará a China, pero España entera lo recordará eternamente. Aquel gol en el Soccer City que nos hizo campeones del mundo, aquel disparo en Stamford Bridge que le llevo al cielo del barcelonismo siempre estarán en la memoria de todos. Pero sus intangibles, su fútbol, vale mucho más que todo eso. Sus compañeros siempre han disfrutado de su talento y sus rivales siempre han admirado su honestidad, su humildad y sus valores. En cada estadio que ha jugado ha salido ovacionado. Es un mito, una leyenda del deporte mundial.

Messi

Al margen del jugador manchego, la final duró un suspiro y solamente valió para que el Barça ejerciera una superioridad casi sin precedentes en una gran final futbolística. Lo dominó todo y aplastó al Sevilla sin miramiento alguno. En treinta minutos había solventado la final con dos goles de Luis Suárez y Leo Messi. Tras esos tantos el Sevilla nunca estuvo cerca de reaccionar, sino todo lo contrario. El Barça goleó y el cinco a cero resulta hasta corto visto lo visto sobre el césped.

Siempre Messi

La goleada la cerraron Suárez y Coutinho, de penalty. Estuvo brillante Cillesen haciendo de Ter Stegen, dominaron Busquets, Umtiti y Piqué, Iniesta fue el faro y Messi necesitó diez minutos de magia para solventar el envite. Su asistencia al primer toque en el tercer tanto del equipo debería ir directa al museo del fútbol y aparecer en el diccionario al lado de la palabra talento.

El Barça ganó su cuarta Copa consecutiva, trigésima de su historia, Messi marcó por quinta final seguida y acumula honores y títulos sin respiro. Su fútbol sigue impresionando a todo aquel que se sienta a disfrutarlo y su etapa en el Barça continúa con más firmeza que nunca. Se fue Puyol, se marchó Xavi, parece que ahora se irá Iniesta, pero mientras el diez perdure, el barcelonista puede respirar tranquilo. Y ahora, toca el doblete.