Yo me abrazaba a mi padre, mi madre gritaba gol como nunca antes había hecho y la escena se repetía en millones de hogares, en las calles, en los bares… España era una fiesta, Don Andrés Iniesta había puesto el país patas arriba con un derechazo inapelable, lanzado desde la historia con la palabra leyenda incrustada sobre el blanco. El país enloqueció, vibró, saltó, se emociono y lloró. Todo en apenas un instante. Un instante que ya forma parte de nuestra vida, que nunca olvidaremos, que se recordará siempre, pase lo que pase, ese pase de Cesc, el control del manchego y su posterior disparo siempre estará presente en nuestra cabeza, siempre, gracias Andres.

España es campeona del Mundo de futbol, el sumum del deporte mundial, el paraíso inalcanzable, el último sueño español. Iker levantó la copa a los cielos de Johannesburgo rodeado de un grupo humano increíble, y con la presencia en su alma de 46 millones de personas que sentían una emoción inexplicable por dentro. La marea roja se expandió por las calles, abrazos, llantos, sonrisas, todos juntos somos campeones, todos juntos hemos podido, el país se rindió a sus héroes, todos eramos Casillas alzando el título apoyados en esa barandilla. Ahora si, ahora podemos gritarlo !SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO!

El partido fue como todo el mundial, con España queriendo jugar al futbol y el equipo contrario, esta vez Holanda, queriendo destruir nuestro juego. El colegiado permitió una violencia inusitada, en especial a Van Bommel y De Jong, que merecieron la roja antes del descanso. Un buen comienzo de la selección con dos grandes oportunidades de Ramos y Villa asustaron a Holanda que se desató en patadas a partir de ese instante, el partido se embarró y llegó el descanso sin más pena ni gloria. Conforme fue avanzando el segundo acto España dominaba pero Holanda asustaba a la contra, y fue Robben tras pase magistral de Sneijder el que se planto delante de Casillas, pero ahí apareció nuestro capitan, nuestro portero, el Santo se volvió a vestir de héroe y saco un pie mágico, a la altura del mejor,y desvió el baló a corner. Fue como un gol. Había que seguir teniendo fe.

Murió el partido con el abuso holandés de la violencia y el permisismo mostrado por Webb, y comenzó la prorroga. El tiempo extra vio como España apretaba y quería el partido mientras que Holanda esperaba la lotería de los penalties como agua de mayo, primero fue Cesc en un mano a mano que desbarató Stekelenburg y posteriormente Iniesta que se enredó excesivamente en el área. Pero lo mejor estaba por llegar, el mometo del éxtasis, la foto para la historia. En nuestra mente quedará ese momento en el que Iniesta ajusticiaba a Holanda con un disparo cuando agonizaba el partido, liberaba su camiseta como un día hizo en Stamford Bridge. El Soccer City enloquecía, los jugadores se abrazaban y España vibraba. Por primera vez en la historia eramos Campeones del Mundo. Toca sonreir, celebrar y disfrutar. Es nuestro hora amigos.